El agricultor de Granada que triunfa gracias a su aceite verde

Joaquín Navarro es gerente de Aceites Navarro García, una almazara premiada en los International Awards VIRTUS.

El Valle de Lecrín es una comarca de Granada que tiene mucho que ofrecer prácticamente a todos los niveles. Senderismo, casas rurales, naturaleza, pueblos con encanto… Y, desde hace unos meses, también uno de los mejores aceites de oliva virgen extra de todo el mundo: concretamente la variedad verde de Aceites Navarro García, que ha sido reconocida con la medalla de oro de los International Awards VIRTUS. Un certamen en Lisboa en el que este producto de Nigüelas se midió contra otros aceites de Italia, Portugal, España y Perú para alzarse como una de las dos almazaras andaluzas galardonadas en estos premios y la única de Granada premiada en su categoría.

«La verdad es que no estábamos muy puestos en este tipo de competiciones pero decidimos presentarnos», cuenta a IDEAL Joaquín Navarro, que dirige Aceites Navarro García, una empresa familiar en la que trabaja junto a su mujer y su primo. «Nos presentamos en junio y poco más tarde nos llamaron para decirnos que habíamos sido premiados. La verdad es que esto es otro nivel y no estamos acostumbrados». Un galardón que supone un cambio grande para su almazara, ya que les ha permitido conseguir más renombre y que ahora reciban muchas llamadas y la gente busque su aceite: «Lo estamos notando mucho, imagínate que no te conoce nadie y que de repente suenas a nivel internacional». Un gran cambio para una empresa familiar que desde siempre se ha dedicado al aceite de oliva. «Esto lo empezó mi abuelo sobre la década de los 50 y desde entonces seguimos funcionando», recuerda Joaquín, que relata cómo su abuelo comenzó el negocio para que más tarde su padre se quedara al mando. Primero en Saleres, después en Restábal y finalmente, desde que él se hiciera cargo en los noventa, en Nigüelas. «He estado desde pequeño entre olivos así que fue algo que asumí porque era lo que sabía hacer y decidí dedicarme a ello». Desde que su abuelo comenzó a producir aceite todo ha cambiado mucho: «Antes no había virgen extra ni nada similar, era todo aceite y punto, pero hace unos 35 años todo comenzó a cambiar». Unos cambios que, poco a poco, encaminaron su producción hasta crear su variedad premiada: el aceite de oliva virgen extra verde.

«La gente quería cada vez cosechas más tempranas porque el aceite huele mejor y está más afrutado». De ahí el aceite verde, que es de mediados de octubre o la primera semana de noviembre como muy tarde. La clave, según explica, está en que la aceituna no esté verde por completo, sino que haya cogido un poco de amarillo, algo que permite que se obtenga un aceite «muy equilibrado», evitando que sea «picoso o amargoso». Esta variedad galardonada solo llevan produciéndola dos años, aunque han puesto mucho esfuerzo y empeño para que todo saliera bien. «Analíticamente nos orientan desde el laboratorio y el perito también, todo esto tiene un gran trabajo detrás», explica Joaquín, que ahora mismo cuenta con unas 20 hectáreas en Padul y Dúrcal de olivos picuales que le permitirán producir este año unos 15.000 litros de su reputado aceite de oliva virgen extra verde.

El premio ha catapultado su proyección internacional como marca, lo que ha provocado que se vean obligados a trabajar a marchas forzadas y ya se encuentren ampliando sus instalaciones para tener más variedades de aceituna y ampliar así el abanico de aceites producidos. «No sabía que me iba a pasar esto, la verdad, normalmente lleva un tiempo darte a conocer y con el premio todo se ha acelerado». Un proceso que les hace ir «con la lengua fuera» y trabajar todavía más para «estar preparados para todo lo que está por venir».

Pese a los múltiples cambios a los que están teniendo que hacer frente, todos ellos son bien recibidos por Aceites Navarro García: «Ya no tenemos que convencer a nadie e ir puerta por puerta diciendo que nuestro aceite es el mejor, ahora podemos demostrarlo porque está documentado gracias a este premio». Un reconocimiento que no solo impulsa a esta almazara, también a todo el pueblo de Nigüelas. «Estamos todos muy contentos y al municipio también le viene muy bien, porque va ligado a nuestro aceite y eso es bueno para un pueblo tan apegado al turismo rural».

Artículo original en Ideal.

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