«Defendemos no perder parte de nuestro patrimonio»

Di No a las Torres celebra un nuevo encuentro en Dúrcal para informar sobre los distintos proyectos que se pretenden llevar a cabo en el Valle de Lecrín

Dúrcal fue el escenario elegido este jueves por la Asociación Di No a las Torres para informar sobre todos los proyectos que hay encima de la mesa y que cambiarían toda la comarca del Valle de Lecrín. Porque aunque el proyecto primigenio de Red Eléctrica Española se pudo parar, existen otros planteamientos que podrían resultar muy lesivos para la zona tal y como la conocemos actualmente. 

Julio Prieto, alcalde de Dúrcal, quiso estar presente en la jornada informativa de ayer, en la que Eladio Delgado, presidente de la asociación, y Daniel Arias, vocal, informaron de la situación actual y qué es lo que se pretende hacer en el futuro más próximo. En la reunión también participó Diego Quero, director de este periódico, quien realizó un análisis de las fortalezas y sobre todo las oportunidades de la comarca. 

En opinión del alcalde de Dúrcal, “estamos ante un tema delicado, porque antes se hablaba de una cuestión de interés público, de interés general”, pero este planteamiento ha cambiado porque hay granjas solares o parcelas para aerogeneradores que son privadas, y que no tendrán ningún beneficio para el pueblo. “¿Para qué necesitamos esto?” fue la pregunta que lanzó Julio Prieto a la audiencia reunida ayer en el Centro de Día. El alcalde durqueño fue más allá, refiriéndose sobre todo a los fondos europeos que están por vernir y pidió sobre todo “planificación, porque si la hubiera podríamos saber algo más, pero es necesario evaluar y planificar las cosas”. 

Sobre la magnitud de las instalaciones que están proyectadas en el Valle de Lecrín habló el presidente de la asociación, Eladio Delgado, quien también se preguntó “porque este territorio tiene que generar más de lo que consume, ya que parece razonable que cada zona produzca lo que consume”. Junto a estas cuestiones planteó otras como qué nivel de ocupación de suelo sería el aceptable, a qué distancia de las zonas habitadas tendrían que estar las instalaciones o qué pasará al final de la vida útil de estas instalaciones. Demasiados interrogantes a medio y largo plazo los que se plantean, a los que también se suman certezas a corto plazo, porque este proceso también puede incentivar otros en opinión de estos expertos: Desincentivar la agricultura, bajar la demanda turística, reducir el valor de bienes inmuebles o generar poco o nulo empleo, lo que está claro que redunda en otro gran problema que ya sufre la zona como es la despoblación. 

¿Y cómo nos puede afectar esto al bolsillo de los ciudadanos? Daniel Arias, vocal de la asociación y catedrático de la UGR fue muy claro con los cálculos que han realizado. “Cada uno de nosotros perderíamos unos 15.000 euros con estos proyectos, por lo que defendemos no perder parte de nuestro patrimonio”. En su estudio, Daniel Arias y dos colegas más han conseguido realizar una investigación tomando como un elemento fundamental la belleza de la zona. También se ha calculado el metro cuadrado de cada población y cuánto perdería cada localidad con las instalaciones que están proyectadas para esta zona, con un resultado nada esperanzador. 

La reunión informativa también sirvió para conocer más sobre el colectivo Aliente (Alianza Energía y Territorio), que integra casi doscientas plataformas y asociaciones que luchan por otro modelo energético. Como explicaron ayer, se pretenden instalaciones de energía renovable, pero no así, o lo que es lo mismo renovables sí pero no así.

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