Granja-escuela «El Molino de Lecrín». 40 años de educación ambiental.

Hoy 26 de octubre hace 40 años iniciamos el proyecto de la Granja-escuela El Molino de Lecrín. Un equipo de 7 personas con pasión por la educación, un antiguo molino y un proyecto pedagógico vanguardista, que hoy sigue vigente, hicieron posible el desarrollo de este proyecto que adaptandose a las distintas situaciones que ha vivido este pais aún sigue vivo y cumpliendo su función social y educativa.

La Granja-escuela «El Molino de Lecrín» cumple 40 años, seguimos optimistas y positivos, pero mirando al futuro con cierta incertidumbre.

«El Molino de Lecrín» Soc. Coop. And. comenzamos nuestra andadura en 1982, tiempos de cambio, de ilusión e incertidumbre con los Ayuntamientos Democráticos en marcha, un golpe de estado fallido, constituido el Parlamento de Andalucía y con un primer gobierno socialista.

En un día 18 de Abril de 1983 nos constituimos formalmente como cooperativa en Granada.

En una España todavía gris, machista, pobre, en crecimiento, una España que no tenía garantizada la educación, ni la sanidad para todas las personas. Una España en la que nuestro primer préstamo hipotecario estaba al 16% y en la que una gran parte de su población andaluza había emigrado.

En está España y a está Andalucía llegamos, como grupo, un poco decepcionados del proceso de transición política en el que habíamos estado muy activos, y conscientes de que si queríamos cambiar realmente el mundo, había que empezar cambiando las formas de enseñar en la escuela, transformando la vieja escuela tradicional y memorística que dominaba en aquella época, y que aún permanece en esta.

Y con este empeño y esta ilusión un tanto utópica, utopía compartida con un sentir general y con muchos colectivos de maestros y maestras que caminaban también en esa línea.

Elegimos Andalucía y luego Dúrcal, ya que como todos los emigrantes, y nosotros veníamos de Madrid, nos apoyamos en los amigos que teníamos allí: Joaquín, Paqui, Manolo, Isa, Lucas y otros muchos que lo fueron luego y lo son ahora. Dúrcal siempre nos trato muy bien; sin la comprensión de su gente aquellos primeros años para el proyecto hubieran sido imposibles.

Y allí, en Dúrcal al píe de Sierra Nevada, en el valle del río, entre choperas, romántico y retador, olvidado y castigado por el tiempo y el abandono, cubierto por las zarzas vimos el antiguo molino, que primero fue pequeño y de pan, luego grande y fabrica de luz, después volvió a ser harinero en los tiempos más oscuros del estraperlo de la posguerra, y al final, después de convertirse en fabrica de sacos, lo rescatamos para hacerlo granja-escuela, la Granja-escuela «El Molino de Lecrín», en la que han convivido, soñado, investigado, aprendido, sentido y tenido vivencias únicas, y en algunos casos muy significativas, más de 150.000 niños y niñas.

En estos años hemos compartido experiencias, trabajo y formación con los cientos de monitores y los más de 3.000 profesores y profesoras que han hecho posible esta experiencia educativa, basada en una forma de enseñar muy vivencial, que plantea formas  de relacionarse tolerantes con los demás y respetuosas con el medio.

Unos años más tarde  el 18 de abril de 1992, inauguramos el Centro de Naturaleza «El Remolino» en Cazalla de la Sierra (Sevilla), que con los mismos criterios pedagógicos y ambientales miles de niños y niñas se han divertido aprendiendo a hacer pan, jabón o queso, han participado en el cuidado de los animales (la vaca, las ovejas, las gallinas, los caballos, etc.) y de las huertas, han sentido los colores del otoño o la primavera en los paseos por la dehesa o han vivido momentos inolvidables de convivencia con sus compañeros y el equipo educativo.

Esperamos poder continuar con nuestra labor y ser capaces de dar respuesta a la crisis ambiental y contribuir, junto con otros colectivos, a la transformación de las formas de enseñar de la escuela y a mejorar el mundo en el que vivimos.

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